Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Bolívar y Rodríguez en la Constitución de las nuevas Repúblicas (página 2)



Partes: 1, 2

Las
Nuevas Repúblicas:

Entre el Deseo y la Realidad.

Desde 1812, en el manifiesto de Cartagena, Bolívar se
había pronunciado en contra de las "Repúblicas,
ilusorias o aéreas". Para Bolívar las democracias y
el régimen federalista eran abundantes en bondades pero
débiles para las nuevas naciones americanas:

"Que la historia nos sirva de
guía en esta carrera, Atenas la primera nos da el ejemplo
más brillante de una democracia
absoluta y al instante, la misma Atenas, nos ofrece el ejemplo
más melancólico de la extrema debilidad de esta
especie de Gobierno (…)
cuán difícil es dirigir por simple leyes a los
hombres" (p.79).

Bolívar define lo que para él es la mejor
forma de gobierno "el sistema de
gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de
felicidad posible, mayor suma de seguridad
social y mayor suma de estabilidad política"(p.78) y
sobre el federalismo
indicó: "cuánto más admiro la excelencia de
la Constitución Federal de Venezuela
(1811), tanto más me persuado de la imposibilidad de su
aplicación a nuestro estado"(p.73).
Pero el Libertador es enfático en la necesidad de las
elecciones como mecanismo de participación y cambio
político, tanto así que en la propuesta de
Constitución para Bolivia en
1826, propuso un poder
adicional al legislativo, judicial y ejecutivo: el poder
electoral: "las repetidas elecciones son esenciales en los
sistemas
populares, por que nada es tan peligroso como dejar permanecer
largo tiempo en un
mismo ciudadano el poder.

El pueblo se acostumbra a obedecer y él se
acostumbra a mandarlos…" (p.67). Sin embargo, en el propio
Discurso de
Angostura y conciente que la democracia absoluta era peligrosa en
las naciones incultas, recomienda la Senaduría Hereditaria
constituida por hombres obligados a formarse
académicamente en la administración
pública, puesto que para el "Todo no se debe dejar al
acato y a la aventura de las elecciones: "el pueblo se
engaña más fácilmente que la naturaleza
perfeccionada por el arte…".

La
Formación del Ciudadano Americano:

Educación, Moral e
Igualdad.

Para el Libertador, a igual que su sabio Maestro
Rodríguez, la formación de ciudadanos debía
ser tarea fundamental de las nuevas Repúblicas, para ello
era necesario una educación popular y
la implantación de un poder moral, lamentablemente sobre
este último poco desarrollo
hizo en sus planteamientos.: "La educación popular
debe ser el candidato primogénito del amor paternal
del Congreso. Moral y luces son los polos de una
república, Moral y Luces son nuestras primeras
necesidades" (p.91).

Pero para Bolívar no era suficiente la
garantía de la educación, para lograr ciudadanos
era necesario tener hombres libres y por ello ruega a los
constituyentistas abolir definitivamente la esclavitud y
compensar con tierras a los que lucharon por la libertad: "yo
abandono a vuestra soberana decisión la reforma a la
renovación de todos mis estatutos y decretos, pero yo
imploro la confirmación de la libertad absoluta de los
esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la
República" (p.95). Sobre el reparto de tierras
señala: "Que el Congreso ordene la distribución de los bienes
nacionales, conforme a la ley que a nombre
de la República fue decretado a beneficio de los militares
venezolanos" (p.96).

Como bien sabemos la mayoría de estas propuestas
no se cumplieron, la esclavitud fue abolida en 1854, la
educación gratuita fue decretada en 1877, la propiedad
territorial fue repartida entre los generales patriotas, la
participación política fue negada a
las mayorías. Bolívar desde 1821 se avoca a su
proyecto
integracionista (para garantizar la permanencia de las
republicas) luego es mil veces traicionado, haciéndose
imposible la concreción de sus sueños.

Simón Rodríguez: La Educación
Popular.

A igual que Bolívar, Simón
Rodríguez estuvo consciente que la Revolución
Política de la independencia
era insuficiente para levantar las nuevas Repúblicas, para
ello insistió en la necesaria revolución
económica que le diera las bases materiales y
la revolución educativa que sirviera de base cultural y
moral. Así lo expresa en su defensa a Bolívar en
1830, "La América
Española pedía dos revoluciones a un tiempo, la
política y la económica"(p.16). Rodríguez a
igual que su discípulo, creía que América
era el escenario ideal para el régimen republicano pero
había que asegurar previamente la educación
popular:

"yo deje a Europa – le
dijo al General Francisco de Paula Otero, desde Lima, 1832- por
venir a encontrarme con Bolívar, no para que me
protegiese, sino para que hiciera valer mis ideas a favor de la
causa. Estas ideas, eran (y serán siempre) emprender una
educación popular; para dar ser a la República
imaginaria que rueda en los libros y en
los Congresos" (p.16-17).

Para Rodríguez no debía confundirse
Educación Popular con beneficencia, con lo que algunos
gobernantes pretendían estar a bien con Dios, "… Por
popular entiéndase General, la educación de todos
los dueños del país", como llamaría el
Maestro al pueblo.

La Originalidad de América

Pero como sí los ideales ya señalados de
ambos hombres no fueran suficientes para su trascendencia
histórica y su plena vigencia en la actualidad, debemos
insistir en los planteamientos de ambos de que América era
distinta y que por lo tanto su proyecto debía ser
original. En este asunto fue persistente el pensamiento
del sabio y maestro: "La América no debe imitar
servilmente sino ser original". Crítico fuertemente a los
legisladores que envilecidos pretenden trasladar
automáticamente modelos
societales extraños a nuestras culturas: "Nada quieren las
nuevas Repúblicas, admitir que no traiga el pase de
Oriente o del Norte – imiten la originalidad ya que tratan
de imitar todo…"(p.90).

La
Unidad Latino Americana.

Tanto Bolívar como Rodríguez,
tenían conciencia que
las Nuevas Repúblicas estaban amenazadas por su debilidad
(territorial y económica) a ser presa fácil de
agresiones no solo de la vieja España
sino de las nuevas potencias: Inglaterra y los
EEUU. Desde 1815 Bolívar en el Manifiesto de Cartagena
clama por la unidad de la América Meridional o
América la Nuestra, como la llamó, y desde 1819-
con la Campaña hacia el Sur del Continente, la
constitución de Colombia, los
preparativos del Congreso de Panamá de
1826-este fue el centro de su proyecto.

"Yo deseo más que otro alguno, ver formar en
América la más grande nación
del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su
libertad y gloria"(p.54).

"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo
Mundo, una sola nación
con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y
con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, una
costumbre y una religión,
debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que
confederase los diferentes estados (…) ¡Qué bello
sería que el istmo de Panamá, fuese para nosotros
lo que el de Corinto para los griegos!".(p.61).

Pero así como ayer, el imperialismo,
el falso panamericanismo (unidad continental) han desvirtuado la
integración latinoamericana, así
como los propios intereses de las oligarquías criollas
afines a estos intereses transnacionales, hoy la amenaza es
mayor, ante un proceso
– globalizador – neoliberal que es una fase
perfeccionada del imperialismo de ayer.

Bibliografía Básica

Bolívar, Simón (1973). Siete Documentos
Esenciales. Ediciones de la Presidencia de la
República. Caracas. Rodríguez, Simón (1988)
"Inventamos o Erramos". Monte Avila Editores,
Caracas.

SIMÓN RODRÍGUEZ Y LA
EDUCACIÓN

ENLAS NUEVAS REPÚBLICAS
AMERICANAS
.

Pedro Rodríguez Rojas

I.- Introducción.

Todavía hay quienes ven a Simón
Rodríguez sólo como el maestro y amigo del
Libertador, lo que ya lo hace merecedor de ocupar un sitial
honorífico en las paginas de nuestra historia, otros lo
describen como un hombre
extravagante (y quizás un tanto alocado) que tenia un modo
de enseñar y de actuar muy distintos a los que
caracterizaba su época. A nuestro modo de ver esta
percepción tradicional de la figura de
Simón Rodríguez desdibuja su propia personalidad,
éste no sólo fue el maestro del Libertador, ni un
excéntrico más, fue un hombre con una clara
concepción del papel de la educación y la
formación del nuevo ciudadano americano.

La obra de Don Simón Rodríguez (1771-1854)
estuvo marcado por su personalidad inquieta y excéntrica,
su continuo peregrinar, su impetuoso carácter, pero sobretodo por su amplia
capacidad de ver la realidad americana de su tiempo y de
adelantarse al mismo, una realidad y tiempo en el que no fue
comprendido su pensamiento. Sin la menor duda fue el maestro
Rodríguez el que más sintonía tuvo con el
pensamiento bolivariano para la construcción de las nuevas
repúblicas y la constitución de la
integración americana. Ambos, Bolívar y
Rodríguez, fueron unos incomprendidos, ambos fueron
acusados de ambiciosos, excéntricos y locos. El
pensamiento de ambos sigue siendo proyecto ambicionado por buena
parte de los países latinoamericanos.

No fue universitario, pero su extensa cultura,
producto de
sus viajes y
estadías por todo el mundo, su férreo hábito
de lectura, lo
llevo a convertirse en conocedor de varias lenguas, de diversas
disciplinas (ingeniería, agricultura,
minería,
biología,
entre otras), muchas de ellas aparentemente sin relación
alguna pero que demostraban su percepción del hombre como
ser integral. Fue un profundo estudioso y seguidor del
pensamiento de Rousseau y de
los socialistas utópicos, lo cual lo hizo entender,
adelantándose al propio marxismo, que
ningún cambio en el escenario político podía
hacerse sin una revolución económica. En 1828
señaló: "Una revolución política
exige una revolución económica", "La América
española pedirían dos revoluciones a un tiempo, la
pública y la económica". (p.53)

La educación popular fue su más grande
proyecto pero también el menos entendido, desde su primer
ensayo
presentado al cabildo de Caracas (1794) hasta sus "Consejos de
Amigo
" dados al Colegio de Latacungas en Ecuador
(1851), insistió en este proyecto de educación sin
distinción de estratos sociales, credo y pensamiento que
rompiera con la educación clasista y anticuada de la
época.

Simón Rodríguez nos dejó como
herencia no
sólo una metodología de enseñanza: la de la educación para
el trabajo,
"aprender haciendo", la educación de adultos (Andragogía); el aula abierta
(relación con la naturaleza); la insistencia de que educar
no es instruir (información) que fueron un verdadero
adelanto para la época, tanto así que no fueron
entendidos y que hoy son implementados, aún con
limitaciones, en los sistemas educativos del mundo, sino que
también nos dejó la concepción de ver al
hombre como un ser integral; y en la educación popular el
germen de la verdadera revolución social.

II.- Primeras Experiencias:

Simón Rodríguez nació en Caracas el
28 de octubre de 1771, hijo de Cayetano Carreño y
Rosalía Rodríguez. A la muerte de
su padre queda bajo la protección de un tío y bajo
la tutela educativa
de Guillermo Pelgrom, quien al evidenciar sus capacidades lo
propone ante el Cabildo de Caracas para que regentara como
docente en la escuela de
primeras letras, en 1791. Al año siguiente el
Alférez Real Feliciano Palacio Sojo le solicita se
encargue de la educación de su nieto, un muchacho de tan
sólo 9 años llamado Simón Bolívar. En
1793 se casa con María de los Santos Ronco.

El mismo joven que con algo más de veinte
años regentaba una escuela y daba clases particulares a
las minorías, que como Bolívar tenían
posibilidades de educarse en la Venezuela Colonial, fue merecedor
de una invitación al Cabildo de Caracas en 1794 para
reflexionar sobre el Estado de
la Enseñanza, en donde expone por primera vez
públicamente lo que sería parte de su ideario
educativo. Entre las ideas expuestas estuvieron las
siguientes:

  • Educación para todos los venezolanos sin
    distinción de clase,
    color y
    religión, en una sociedad
    donde sólo los blancos podían
    educarse.
  • Formación para el trabajo
    manual e
    intelectual. No era suficiente interpretar a los grandes
    clásicos de la filosofía y las artes, sino
    también adiestrarse físicamente para el trabajo
    manual.
  • La educación sin distingo de sexo,
    niños
    y niñas debían ser educados por
    igual.
  • La educación del niño, no sólo a
    través de los conocimientos sino haciendo uso de los
    juegos y
    entretenimientos.
  • Estudio de la naturaleza
    humana. No solamente libros y religión sino conocer
    en contacto con la realidad.

Estas ideas son demostración de un pensamiento
propio, que se adelantaba al menos un siglo en lo que
sería el devenir de la educación en el país;
la educación gratuita y obligatoria establecida por
decreto del Presidente Guzmán Blanco, pero hecha "realidad
a medias" sólo a mitad del siglo XX.

III.-
La Política y el Permanente Peregrinar:

Como es lógico imaginárselo, el ambiente
conservador y clasista de la época no aceptó estas
propuestas, quedando todo en halagos vacíos y muchos
recelos, que llevaron a Simón Rodríguez no
sólo a renunciar a la dirección de la escuela que regentaba sino
a unirse a los movimientos independentistas, con la firme
esperanza de que un país soberano aplicará sus
consejos.

Al ser descubierto el movimiento
conspirador encabezado por Gual y España, con el cual
Simón Rodríguez estaba altamente comprometido,
éste tuvo que huir del país para nunca más
volver. Durante veintiséis años recorrió
buena parte del mundo, llegó a decir; "…yo no quiero
parecerme a los árboles
que echan raíces en un lugar, sino al viento, al agua, al sol,
y a esas cosas que marchan sin cesar". Llegó primero a
Jamaica, allí estuvo varios meses, aprende el ingles y
para evitar la persecución española se coloca el
nombre de Samuel Robinsón, luego continúa su viaje
hacia los Estados Unidos,
en Baltimore, donde trabaja en una imprenta. En
1801, se encuentra en Bayona –Francia,
allí enseña ingles y francés y conoce al
fraile dominico Fernando Teresa de Mier, patriota y luchador
mejicano, con quien luego se muda a París y levantan una
escuela.

En la capital de
Francia se produciría el encuentro con su alumno
caraqueño, un joven recién enviudado que buscaba
alivio a sus penas. Preocupado el maestro por la situación
de su pupilo lo invita a acompañarlo a Italia. En 1805,
frente al Monte Sacro se produce el juramento de Bolívar
ante su maestro en el que se compromete a no descansar hasta ver
liberada su patria, luego se separarían por un lapso de
veinte años, pero sin perder de vista el maestro los pasos
agigantados de su pupilo. De París se traslada nuevamente
a Francia y de allí nuevamente a Italia, luego a Alemania,
Prusia, Polonia, y Rusia. En 1821
se encuentra nuevamente en Francia y en Inglaterra, en este
país trabaja en un laboratorio de
química
industrial y concurrió a juntas secretas de
carácter socialista. En Londres tuvo la posibilidad de
reunirse con el otro educador venezolano y universal, Andrés
Bello, quien allí vivía desde 1810. Poco se
conoce de este extenso peregrinar del maestro Rodríguez,
sólo sabemos que dedicó su tiempo a dar clases,
trabajando en distintos talleres artesanales, aprendiendo
distintos idiomas, alimentando su intelecto con la lectura de
Rousseau, Voltaire,
Diderot, Montesquieu,
pero también de los socialistas utópicos de la
época como el padre Efantin, Olindo Rodríguez,
Pedro Leroux, entre otros.

Al enterarse Rodríguez de los triunfos
definitivos de Bolívar, decide regresar a la
América para poner sus ideas al servicio de la
constitución de las nuevas Repúblicas. Como le
escribe a Francisco Paula Otero en 1832: "…yo dejé
Europa por venir a encontrarme con Bolívar, no para que me
protegiese, sino para que hiciera valer mis ideas a favor de la
causa. Estas ideas eran (y serán siempre) emprender la
educación popular para dar ser a la república
imaginaria que rueda en los libros y en el Congreso".

Al enterarse el Libertador de la llegada del viejo
maestro a Colombia y encontrarse él en Perú, le
escribe una carta el 27 de
enero de 1824 donde le manifiesta el profundo respecto y amor que
le profesaba:

"¡ Oh mi maestro!, ¡oh mi amigo!, ¡oh
mi Robinson!. Usted en Colombia. Usted en Bogotá y nada me
ha dicho, nada me ha escrito… sin duda, es usted el hombre
más extraordinario del mundo (…)

"Usted formó mi corazón
para la libertad, para la justicia, para
lo grande, lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Usted me
señaló (…).

IV.- El Retorno a América: El Fracaso de un
Proyecto.

De Cartagena de Indias pasa a Bogotá, donde pone
a funcionar la escuela taller "Casa de Industria
Pública", luego ante el llamado de Bolívar se
traslada a Perú. Después del fraternal encuentro,
Bolívar le explica al maestro que en Caracas y en Lima se
estaba aplicando el método
educativo Lancasteriano, bajo el asesoramiento de José
Lancaster quien se encontraba asesorando al gobierno venezolano y
poniendo en funcionamiento las primeras escuelas normales. Para
este docente ingles había una tesis que era
que los alumnos más aventajados debían
enseñarle a los otros. Rodríguez estaba en
desacuerdo con esa posición, para él, era el
maestro el que podía enseñar, y el alumno era
siempre un alumno. Esta fue la primera diferencia entre el
maestro y el proyecto bolivariano. Recién constituida la
República Boliviana, el Libertador nombra a
Rodríguez como Director de Enseñanza Pública
de ese país y cuya presidencia era ejercida por Antonio
José de Sucre.

Entre otros asuntos, Simón Rodríguez
acompañó a Bolívar en un proyecto para
enfrentar el problema de la niñez abandonada, sobre la
cual meditaría años después en su ensayo
"El Libertador del Medio Día de América y sus
Compañeros de Armas, Defendidos
por un Amigo de la causa Social"
(1828):

"Bolívar expidió un decreto para que se
recogiesen los niños pobres de ambos sexos… No en casa
de misericordia para hilar por cuenta del Estado… No en
conventos a rogar a Dios por sus bienhechores… No en hospicios
a pasar sus primeros años aprendiendo a servir para
merecer la preferencia de ser vendidos a los que buscan criados o
esposas inocentes."

"Los niños se habían de recoger en casas
cómodas y aseadas, con piezas destinadas a talleres y
estos surtidos de instrumentos y dirigidos por buenos maestros".
P.56-57.

Su carácter, pero fundamentalmente su radicalidad
para defender sus ideas, le trajo inconvenientes, entre esos con
el propio mandatario boliviano, el Mariscal Sucre, quien lo
acusó frente a Bolívar por sus posiciones
intransigentes y de tomar decisiones sin consultar. Como un
ejemplo de las reacciones adversas a sus proyectos estuvo
el cierre de la Escuela Moderna de Chuquisaca por parte del
Prefecto de la ciudad de apellido Calvo, sobre este particular
Simón Rodríguez hace sarcásticamente el
siguiente señalamiento en comunicación que hace en 1834 a Francisco
Paula Otero:

"Diciendo que yo agotaba el tesoro para mantener putas y
ladrones, en lugar de ocuparme del lustre de la gente decente.
Las putas y los ladrones eran los hijos de los dueños del
país (el pueblo). Esto es a los cholitos y cholitas que
ruedan por las calles y que ahora serían más
decentes que los hijos e hijas del señor
Calvo".

En su ensayo de 1828 insiste nuevamente en la
educación popular y adversa a aquellos que
erigiéndose como sabios la rechazan:

"Los doctores americanos no advierten que deben su
ciencia a los
indios y a los negros: Porque si los señores doctores
hubieran tenido que arar, sembrar, recoger, cargar y confeccionar
lo que han comido, vestido y jugado durante su vida
inútil… No sabrían tanto… Estarían en
los campos y serían tan brutos como sus esclavos…"(p.
61)

V. Sus Últimos Años.

En 1826 abandona Chuquisaca, trasladándose a
Ororú donde se vincula amorosamente con una mujer
indígena llamada Manuela Gómez, con quien
tendría su único hijo llamado José. En 1828
se encuentra en Arequipa donde pública el Prologo de
Sociedades
Americanas, que luego publicaría completo en Lima en 1842.
En 1833 se encuentra en Concepción Chile, en un instituto
literario, allí pública Luces y Virtudes Sociales,
producto del terremoto de 1835 se traslada a Santiago de Chile.
En 1840 esta en Valparaíso y en 1841, a la edad de setenta
años, se encuentra nuevamente en Lima. Dos años
después se traslada a Ecuador y en 1844 se encuentra dando
clases en el Colegio San Vicente de Latacungas.

En 1846 se encuentra en Colombia radicándose en
Tuquerres, hasta que en 1849 regresa nuevamente al colegio de
Latacungas, en Ecuador, donde nuevamente problemas
personales, pero ya con ochenta años de edad a cuestas, lo
hace retirarse ahora definitivamente de la docencia y
regresa con su familia a
Perú. Antes de salir, a lo que sería su
último viaje, escribe su postrimera carta a uno de sus
amigos, el General venezolano Trinidad Morán, quien se
había convertido en uno de los hombres más
importantes y controvertidos de la actividad política
peruana. En Guayaquil, el 26 de noviembre de 1853, le
escribe:

Amigo: Cuántos años hace que no nos
vemos?. Un francés me saca de aquí para llevarme a
Lambayeque. Mañana salgo embarcado como Noé en una
balsa. Escríbame a Lambayeque, y si puede mándeme
un socorro, por que estoy como las putas en cuaresma, con capital
y sin réditos. Preguntando por usted, unos me dicen que
esta en Lima y otros en Chile, el dador de ésta el
señor Landarou, es persona de
confianza. Adiós amigo!. Deseo a usted como para
mí, salud para que
no sienta que vive, distracción para que no piense en lo
que es, y muerte
repentina para que no tenga el dolor de despedirse de lo que ama,
y de sí mismo para siempre.

Casualmente ambos, Rodríguez y Morán,
mueren en 1854, el primero el 28 de febrero en Amotape, a los
ochenta y dos años, y el segundo fue fusilado en Arequipa
el tres de diciembre, a los 58 años de edad, los restos
mortales de estas dos personalidades fueron traslados al
Panteón Nacional en 1954. Lamentablemente muchos de los
papeles no publicados de Simón Rodríguez, que
reposaban en algunos archivos en
Guayaquil, desaparecieron en un incendio en 1896.

VI.- Vigencia de un Pensamiento.

Por todo lo señalado, Simón
Rodríguez fue un promotor y defensor del Estado educador,
muy adelantado para lo que sería luego el decreto de
educación obligatoria y gratuita de Guzmán Blanco
(1870), pero más aun de su aplicación real. Hoy
cuando tanto se cuestiona a lo público y fundamentalmente
al Estado, ante un avasallante endiosamiento de las supuestas
bondades de la economía de mercado y ante
una evidente crisis
educativa, se coloca en peligro la existencia del propio Estado
educador.

Otro elemento vigente en el pensamiento de Simón
Rodríguez fue su insistencia en romper con las imitaciones
de modelos, ni siquiera a los europeos a los que tanto
admiró. Tal como lo plantea en sus Luces y Virtudes
Sociales (1840); "La sabiduría de la Europa y la
prosperidad de los Estados Unidos, son dos enemigos de la
libertad de pensar en América…" y concretamente a los
Estados Unidos los simboliza como "…un hombre mostrando con una
mano a los reyes el gorro frígido de la libertad y con la
otra levantando un garrote sobre un negro que tiene arrodillado a
sus pies." En Sociedades Americanas agrega:

"… la América no debía imitar
servilmente sino ser original,"(p.77). "…¿Las
repúblicas coloniales no quieren admitir sino aquello que
traiga el pase de oriente o del norte?. Pues, imiten la
originalidad ya que tratan de imitar todo".(p.90)
"…¿Dónde iremos a buscar modelos.?. La
América española es original. Originales han de ser
sus instituciones
y su gobierno. Y originales los medios de
fundar unos y otros. O inventamos o erramos".(p.151)

Estas ideas están, a nuestro modo de ver, hoy
más vigentes que nunca, en el contexto de un proceso de
globalización, protagonizado por un
capitalismo
salvaje, caracterizado por un excesivo materialismo
frente al cual pareciéramos no tener opciones ni
alternativas propias.

Bibliografía Básica.

Bolívar, Simón (1973). Siete Documentos
Esenciales. Ediciones de la Presidencia de la
República. Caracas.

Rodríguez, Simón (1988) "Inventamos o
Erramos". Monte Ávila Editores, Caracas.

 

Dr Pedro Rodríguez Rojas

Venezolano. Sociólogo, historiador, doctor
ciencias
sociales. Coordinador área filosófica y
sociopolítica de la Universidad
Simón Rodriguez. Barquisimeto

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter